Hablar de derechos resulta a veces como lanzar palabras al viento. Es que los derechos son abstracciones, posibles, sí, románticas, ideales pero intangibles… Hasta que éstos se hacen efectivos. No es lo mismo decir “Todos tenemos derecho a la salud” que colocar un módulo de salud al alcance de todos. Que las mamás tengan un pediatra para las fiebres de sus hijos, que los papás tengan quien les controle la tensión, que la abuelas asistan a su terapia de rehabilitación dos veces por semana...
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